jueves, 8 de agosto de 2013

Detección de mentiras

La detección de mentiras es enormemente complicada ya que, por un lado, no existe una señal o conjunto de señales que nos indiquen de forma inequívoca que alguien está mintiendo y, por otro, los signos de engaño son específicos de cada sujeto (aunque algunos de ellos son comunes a muchos individuos). Además, la ausencia de señales no quiere decir que alguien no nos esté mintiendo. Por todo ello podemos afirmar que la detección de mentiras no solo es complicada sino que además hay casos en los que es imposible detectarla.

Para la detección tan solo podemos basarnos en señales o indicios que debemos interpretar según la información que tengamos del sujeto, sus antecedentes y, sobre todo, según el contexto. Pero cuidado: a partir de un solo indicio no podemos concluir que una persona está mintiendo.

¿Dónde debemos buscar esos indicios? Pues fundamentalmente hablaríamos de 3 tipos de indicios: verbalesno verbales y fisiológicos.

Respecto a los indicios no verbales, es fundamental adentrarse en el campo de las emociones. Dicho campo fue muy estudiado por el Dr. Paul Ekman y ha resultado importantísimo en la detección del engaño. En el campo de las emociones, sabemos que cuanto más intensas sean estas mayor es la probabilidad de que aparezcan señales no verbales que puedan delatar al mentiroso.

En el siguiente vídeo el Dr. Paul Ekman nos habla sobre la detección de mentiras.



También, gracias a esos estudios transculturales, fue como Ekman describió las "microexpresiones" faciales que, según demostró, pueden utilizarse para detectar la mentira con cierto grado de fiabilidad (Proyecto Diógenes).
 

Pero sus trabajos sobre la mentira no se limitaron a las expresiones del rostro, sino que se basaron en observaciones acerca del cuerpo humano en su totalidad. Aparte de ello, Ekman y su equipo desarrollaron una herramienta para entrenar el reconocimiento de las diferentes microexpresiones faciales: el METT.

Las emociones suelen provocar cambios característicos en la expresión facial y suscitan además algún tipo de activación fisiológica; algunas muy evidentes como la sudoración y otras imperceptibles a no ser que se posea el instrumental adecuado.


Entre los signos faciales del engaño, además de las microexpresiones, para Ekman también se incluyen las expresiones abortadasel parpadeo, la dilatación pupilar, el lagrimeo, el rubor, el empalidecimiento, las falsas sonrisas y errores en la secuenciación temporal o la sincronización.



La máscara más empleada para camuflar una emoción es el gesto de alegría y todos hacemos uso de ella empleando la llamada sonrisa social, por ejemplo. La Sonrisa además es la emoción que con mayor facilidad puede producirse a voluntad (recordemos que sólo intervienen 2 Unidades de Acción, o 3 si va acompañada de la apertura de la boca: UA 6, UA 12 y UA 25).


No todo engaño implica falsear una emoción, pero las emociones suelen intervenir a la hora de mentir (por ejemplo: una persona acusada de cometer un delito puede sorprenderse porque hayan acusado a otro de ese delito, por lo que probablemente tratará de ocultar esa emoción de sorpresa).

Aspectos que facilitan o dificultan la detección del engaño

Para que una mentira pueda ser detectada siempre es mejor que haya emoción. El temor a ser atrapado puede ayudar a desenmascarar a un mentiroso, ya que cuanto mayor sea ese temor más probable es que aparezcan “pistas” conductuales que le delaten. El que el mentiroso crea que se encuentra ante un experto en detección de mentiras también puede ayudar, ya que provocará cierto recelo a ser descubierto.

El problema que se plantea ante la aparición de emociones es el saber diferenciar entre este recelo a ser descubierto en alguien que es culpable y el temor a que no le crean en alguien que es inocente. En este caso un polígrafo establecería que ambos sujetos son culpables (produciéndose en el segundo caso un falso positivo lamentable).


Otro aspecto a tener en cuenta es la personalidad del mentiroso, dándose casos de sujetos que tienen mucha práctica en el arte de mentir y a los que les cuesta poco mentir (mentirosos naturales, psicópatas, etc), y sujetos a los que les cuesta mucho (siempre será más fácil cazar a estos últimos).



Como establece PaulEkman otro factor importante es “lo que está en juego al mentir”, en el sentido de que cuanto más importante sea para el mentiroso lo que está en juego (sumas de dinero, prestigio, evitar un riesgo para su vida, evitar un castigo, ganar una recompensa, etc.) mayor será el recelo a ser detectado.

Que aparezca algún sentimiento de culpa o vergüenza por engañar (puede aparecer la vergüenza si el mentiroso es descubierto, produciéndose algún tipo de humillación al ser ridiculizado o reprobado) también puede facilitarnos las cosas (habría que diferenciar los sentimientos de culpa por el delito cometido, por ejemplo un robo, de los sentimientos de culpa por haber mentido a alguien, por ejemplo a un familiar).


Estos sentimientos en caso de ser extremos pueden llegar a que alguien se delate para aliviar dicha carga, pero en otros casos pueden constituir un estímulo para el mentiroso y considerar que la mentira valió la pena. Entraríamos en el ámbito de lo que Ekman denomina “deleite que provoca embaucar a alguien”. En este sentido mentir puede hacer que alguien se sienta bien y que genere entusiasmo antes de hacerlo, cuando el sujeto anticipa la provocación que implica mentir o en el mismo momento de mentir sin estar todavía el éxito asegurado. Si el mentiroso no es descubierto puede experimentar alivio (que actuará como refuerzo negativo), orgullo  o incluso placer por haber engañado y no haber sido descubierto. 


Lo bueno de todo esto es que los sentimientos de culpa, el temor a ser descubierto y el deleite pueden detectarse a través de la expresión facial, los movimientos del cuerpo y la voz (paralingüística). Lo negativo es que un mentiroso habitual o un  psicópata no sentirán ni culpa ni vergüenza, por lo que su detección se complica. Por otra parte, normalmente los sentimientos de culpa disminuyen cuando los destinatarios del engaño son impersonales o anónimos.

Nota: para informarte sobre las técnicas e investigaciones más importantes, relacionadas con los indicios fisiológicos del engaño, visita mi blog: Detección psicofisiológica del engaño

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