miércoles, 7 de agosto de 2013

El pequeño Nicolás. ¿Verdaderas mentiras o mentiras verdaderas?


Aunque en las últimas apariciones ante televisión aparezca con camiseta, la apariencia del “pequeño Nicolás” fue siempre impecable, con traje y corbata y, como aseguran algunos que le conocen, vistiendo siempre de marca  («Él siempre ha sido un poco pijo, le gustaba vestir de marca», comentó un antiguo compañero del colegio religioso San Francisco de Asís en un diario digital). Hay quien comenta que algunas veces iba con chófer al colegio y que asistía «a clases de apoyo». También que «Iba alardeando de que era del PP, y de que les ayudaba en las mesas electorales». Ahora, sin embargo, da muestras de incomodidad y crítica hacia el PP, en las entrevistas que ha concedido.

Curiosamente en Linkedin, la red de negocios más grande del mundo solo aparece como estudiante del Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF) 2012-2012. Y como aptitudes reconocidas solo le acredita una persona en “política” y otra en “relaciones  públicas”. La de “política” la refrendada Antonio S., coordinador de Área en Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, y la de “relaciones públicas” una estudiante de DIPROFEN (Ana Mercedes V.). En educación figura CUNEF 2012-2017 (previsto). Sin embargo, a pesar de tan tenue perfil, fue consiguiendo contactos hasta tener más de 500 (cosa no muy complicada en este tipo de redes). Precisamente en esta universidad, CUNEF, los alumnos afirman que no se le ve mucho por clase. Y curiosamente en una entrevista concedida a Telecinco, cuando la periodista hace alusiones a su expediente académico, éste una y otra vez trata de desviar el tema y no entra en ello: no quiere parecer mediocre.
Con solo quince años logró entrar en FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), que preside el expresidente José María Aznar. Quizás ahí estén sus inicios en el mundo de las altas esferas.
Otra información que se ha difundido, es la de ser amigo de hacerse fotos y de darse notoriedad, colgando infinidad de ellas junto a políticos y empresarios, para después colocarlas en su página de facebook,
Ante tal cantidad de información, la pregunta que se plantea cualquier ciudadano de a pié es ¿cómo un joven de 20 años, con tan escueta formación, sin apenas perfil de competencias profesionales que le abalen, puede llegar a tener tanta trascendencia y repercusión en los medios de comunicación social?
El caso del pequeño Nicolás podría recordarnos al estereotipo de pícaro de la literatura española, pero adaptado a las nuevas tecnologías de este siglo. Chico simpático, con don de gentes, mucha labia, hábil e ingenioso, y que da muestras constantes de querer ser  el centro de atención de los medios. Tanta habilidad encontró su punto más álgido cuando consiguió saludar a los nuevos reyes en el famoso besamanos. Ahí le veíamos con esa sonrisa de satisfacción mientras inclinaba la cabeza, y tras efectuar el saludo a la reina, apretando una mano contra otra. Faltó elevar las manos y mostrar un emblema de triunfo. Lo había conseguido, ahora ya podría colgar su nueva foto en facebook. Y así lo hizo.
 
Pero bueno, entre los políticos el no tener un expediente académico brillante no parece que sea algo trascendental. Quizás eso no sirva para nada, quizás no sea importante. Quizás el “pequeño Nicolás” se identifique con muchos de esos políticos que no llegaron a alcanzar una titulación universitaria y que llegaron a ocupar algún alto cargo. Quizás algunos políticos lo vieron como uno de los suyos, como un joven con un enorme potencial en el campo de la política, o de las relaciones institucionales. Qué más da que tenga formación adecuada o no. A un funcionario, para ocupar un alto cargo, por ley, se le exige determinada titulación, pero para ser todo un señor Ministro no es necesario, ah, y también por ley.
Ahora, el caso del “pequeño Nicolás” nos ha llevado a planteamientos serias dudas sobre si miente o no, sobre si es cierto que, nada más y nada menos que Vicepresidencia del Gobierno, Casa Real y el mismísimo CNI, acudieron a él para pedirle algún tipo de servicio. Pero, lo que más llama la atención es que, ante tan asombrosas afirmaciones, los ciudadanos estamos en una situación de tal decepción y hastío con la clase política, que nos llegamos a plantear la veracidad de sus relatos.
Yo querría pensar que existe una explicación lógica a todo esto y que el excesivo sentido de autoimportancia de este personaje le acerca al denominado trastorno narcisista de la personalidad. Que es posible que piense que está llamado a hacer grandes cosas, a codearse con la élite. Que sus fantasías de éxito, de poder o brillantez, le hayan hecho creerse que es especial y único. Y que todo ello, es lo que le ha llevado a intentar relacionarse con esas personas o instituciones tan especiales, o de tan alto estatus. Pero, como ciudadano de a pié, también me pregunto cómo podía pagar el alquiler de esos vehículos de alta gama, cómo podía contar con escolta o cómo podía invitar a comer a personajes como el presidente del sindicato Manos Limpias, Miguel Bernad.
Hace poco le pudimos ver en un programa de Telecinco mostrándose como una persona segura de sí misma y, para la gravedad del caso, con aires de indiferencia (como en muchas de las fotos en las que aparece) e incluso con una aparente tranquilidad, controlando sus nervios, aunque en los momentos previos a la entrevista se le notara visiblemente intranquilo.
Le vimos deleitándose con verdaderas demostraciones de poder. Gracias a él, le pusieron escolta a Miguel Bernad. Miguel Bernad, que mantuvo varias reuniones con el joven, llegó a afirmar que el “pequeño Nicolás” era recibido como un jefe de Estado. Y es que a este tipo de personajes les va la grandiosidad y lo que temen en realidad es que se les llegue a tachar de mediocres. Pero el “pequeño Nicolás” adopta una actitud racional y trata de justificar su comportamiento involucrando nada más y nada menos que a Vicepresidencia de Gobierno, CNI y Casa Real. Más arriba no podía haber apuntado. Además, su soltura y labia  al explicarse hacen que sus respuestas parezcan convincentes, quizás porque otra característica de este tipo de sujetos es que suelen ser ingeniosos y sus pensamientos suelen fluir con agilidad. Pero tantos detalles en algunos momentos de la entrevista, no pueden ser fruto de su imaginación. Y entonces nos vuelve a surgir la duda, ¿estamos ante un sujeto con ciertos delirios de grandeza, que le llevan a ver situaciones que no existen o a imaginarlas, de tal forma que él se las ha acabado creyendo? Ello encajaría con esa escasez de indicadores de engaño en su comportamiento no verbal y que algunos expertos se han apresurado a apuntar. Si realmente esto es así, su desmedido afán de notoriedad le acercaría al delirio magalomaníaco.  
 El problema, bajo mi punto de vista, es que se han ido conjugando tal cantidad de ingredientes, que en sus manifestaciones aparecen elementos de verdad y otros fruto de su imaginación.
Quizás, con engaños, haciéndose pasar por quien no es, haya contactado con empresarios que al final han confiado en él para que les consiga inversiones o negocios; o quizás le hayan utilizado para hacer de “mensajero”, porque ¿cómo financiaba esas comidas y escoltas?, ¿cómo podía mantener ese nivel de vida y de representación, sin ningún tipo de apoyo?
Un trastorno narcisista de la personalidad conduce a que el sujeto haga lo que sea para conseguir notoriedad, aunque tenga que llegar a engañar para ello. Recordemos que el “pequeño Nicolás” deja constancia de su viaje a Ribadeo, como hizo con infinidad de fotografías con políticos y personajes de las altas esferas, y ello apunta una vez más a ese perfil narcisista, pero alguien tuvo que financiar esa y otras aventuras. Por ello, quizás confluyan las dos cosas.
Otro dato significativo es que en su detención, interviene el grupo 9 de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, Unidad que se centra en la seguridad de altas instituciones del Estado. Se comenta en algunos artículos que, entre otros motivos, porque se hizo pasar por agente del CNI, y también que le fueron requisadas placas de identificación; algunas reales y otras falsificadas. Quizás hizo algún tipo de trabajo como externo al CNI, a modo de mensajero (como “chalie”) y vio otras posibilidades yendo más allá y haciéndose pasar por agente. Es tal la cantidad de detalles que ofrece, en algunas partes de las entrevistas que le han realizado, que nos hace pensar que está bastante familiarizado con los entresijos de esos ambientes.
Respecto a sus últimas apariciones, tras su puesta en libertad, partiendo de que científicamente no se puede detectar la mentira, podríamos apreciar ciertos indicios que están relacionados con la falta de veracidad, o con la relevancia que para él tiene determinado tema en un momento dado. Pero para poder apreciar esos indicios de una manera objetiva, primero necesitaríamos saber cómo se expresa habitualmente esa persona, cómo es esa persona en condiciones normales y, por otra parte, tener imágenes en situaciones de entrevista, donde aparezca todo su cuerpo, sin ningún tipo de barreras físicas y donde el entrevistador sepa detectar las preguntas que realmente le incomodan, para incidir en ellas. Yo no he podido localizar ninguna entrevista donde se den estas condiciones. No obstante, acudamos a la entrevista mantenida en Telecinco y, sobre todo, a la que con posterioridad apareció en El Mundo el 24 de noviembre.
Sabemos que hay 3 caminos para intentar detectar el engaño, y digo “intentar” y no “detectar”: por indicios psicofisiológicos, por indicios de su comportamiento no verbal o por indicios obtenidos del análisis del contenido verbal de sus manifestaciones. Despreciemos el primer tipo, ya que no es aplicable a este caso, y centrémonos en lo más llamativo respecto a los otros dos. 
Respecto al componente verbal encontramos dos tipos de respuesta diferente. En un caso, con un lenguaje más fluido y detallado, en la entrevista mantenida en Telecinco, sobre todo cuando relata cómo ocurrió su detención. En esas declaraciones no duda en su relato y da todo tipo de detalles. Sin embargo, en la entrevista aparecida en El Mundo, cuando habla de esos supuestos contactos con Casa Real, Vicepresidencia o CNI, su lenguaje se vuelve más evasivo, más duditativo, con mayor número de muletillas (ehhh) y con mayor latencia de respuesta. Está demostrado que cuando estamos sometidos a una mayor carga cognitiva, por intentar dar la respuesta más adecuada, o porque estamos elaborando una historia, aparecen con mayor frecuencia esos titubeos, muletillas o rellenos de información, para tomarnos ese tiempo extra que necesitamos.
El que sea probable que detrás de este personaje haya alguien más, se pone de manifiesto en varias ocasiones a lo largo de la entrevista mantenida en el programa de Telecinco; por ejemplo en la frase sin terminar, al hablar del problema de Cataluña cuando dice (min 2:20):
-       “cuando empieza a haber estos problemas ya, y se genera una rebelión independentista, pues bueno entramos… entro en juego…”
Llama la atención que cuando le preguntan (min 2:39) ¿y esto te lo encarga Soraya?, el responde con una amplia sonrisa de satisfacción:
-       “me lo encarga el Gabinete de Presidencia de Gobierno, efectivamente” (apretando los labios)
-       (tras insistir el entrevistador) “es que si te lo digo, también es verdad que podría incurrir en revelación de secretos ¿no?” (con una amplia sonrisa)
Ese apretar los labios suele identificarse como una forma disimulada de ira contenida. La segunda frase, acompañada de esa sonrisa de satisfacción, vendría a poner de manifiesto, una vez más, que le agrada la intriga, el hacerse el interesante (¿no ha desvelado ya a lo largo de la entrevista suficiente información confidencial?).
Su lenguaje se vuelve aún más duditativo cuando le preguntan qué le encargó la Casa Real apareciendo esos titubeos, frases de relleno o muletillas:
-       (min 05:40) “bueno, la Casa Real, perdona pero es que la impotencia de las injusticias me pone muy nervioso, la Casa Real lo que me encarga es que… que bueno, la Infanta Dña. Cristina no tiene la culpa en ese momento de ehh… (duda y demora en responder) de… de… del proceso judicial en el que está metido y bueno lo que me pide es que en el… en el…(quiebra la voz y mira hacia abajo), en…en la carta de…no sé cómo se llama (el periodista le ayuda), en la carta de acusación, que fueran sinceros y que de verdad se comportaran de una forma buena con la Infanta, porque de verdad yo creo que ella no tenía la culpa”.
En esta explicación podemos apreciar que el asunto le afecta emocionalmente y que ello le provoca esos errores, pero además, y es algo que ocurre en otros momentos de la entrevista, las cuestiones relacionadas con la justicia le ponen nervioso. Curiosamente finaliza la frase con una valoración que no viene muy a cuento y que podría interpretarse como cierto deseo de acercamiento a la Casa Real o para hacerle un guiño.  
Por analizar otro fragmento en ese sentido, cuando le preguntan ¿quién te lo encarga y a quien te diriges?, responde:
- “dices me piden” (reitera la pregunta posiblemente para ganar tiempo)
- ¿Quién te lo pide? (vuelven a preguntar)
- “bueno…ehh, bueno… Centro Nacional de Inteligencia”
Más adelante (min 08:49)
- “porque al final lo que quería el CNI eran cosas que a mí no me gustaban”
- cosas que no te gustaban, ¿por ejemplo?
- (mostrando una sonrisa)”cosas que a mí no me gustaban” (amplia sonrisa y cierre de ojos), ehhh… eso lo tendré que decir ante un juez (de nuevo quiebra la voz).
Esa sonrisa es de satisfacción quizás porque logra mantener la intriga, ser el centro una vez más y una vez más se percibe que el tema judicial le afecta.
Otro elemento interesante es que al hablar de los contactos con Presidencia de Gobierno lo hace en tercera persona (“se mantiene”) y no habla en primera persona (“mantengo”). Ello podría ser un indicio de que en este asunto hay alguien más, o de que conoce detalles al respecto aunque él no ha vivido el hecho en primera persona, o también como deseo de distanciamiento:
-       “Hay dos personas con las que únicamente se mantiene la relación… en este caso es la Vicepresidenta Primera del Gobierno y su Directora de Gabinete”.
-       se tuvieron reuniones con Cristóbal Martel… (más adelante) se tuvieron reuniones con…”
Mayor distanciamiento, e incluso crítica, hacia el Gobierno pudo apreciarse en la frase (min 4:30):
-       “el Gobierno haya hecho lo que haya hecho, además de una forma desastrosa ¿no?”
Respecto al componente no verbal, la grabación realizada no permite apreciar mucha información que podría ser de interés. Tan solo resaltar que, por ejemplo, cuando cita como contactos con Zarzuela a Carlos García Revenga, secretario personal de las infantas, o a Alfonso Sanz Portolés (cuyo apellido pronuncia con fuerza), añade:
- “bueno…tuve también algún… alguna llamada telefónica con… pues con Su Majestad el Rey Juan Carlos. (bajando el volumen de voz y agitando levemente la cabeza y apareciendo un leve lapsus emblemático de “no”).
Una posible lectura de esta frase, más evasiva y duditativa, es que hubiera mantenido algún tipo de conversación telefónica con el Rey y para darse notoriedad quisiera resaltarlo, pero haciendo cuidado de no mentir al decir, por ejemplo, que él recibió la llamada de Su Majestad el Rey Juan Carlos (“tuve alguna llamada” es distinto a “me llamó”). 
Otro elemento interesante relativo al comportamiento no verbal es cuando en un fragmento de una de las entrevistas que circulan por internet pronuncia:
-       “a mí me hubiera gustado mantener una vida discreta, sencilla y tranquila”
Analizando detalladamente esas imágenes pueden percibirse expresiones muy sutiles de asco, a modo de lo que Ekman denomina “expresión leve” de asco. La expresión de esta emoción indicaría rechazo hacia lo que está diciendo y entre los posibles motivos de su aparición están el intento fallido de ocultar esa emoción. Ello podría ser un indicio de que esa afirmación es falsa y correlacionaría con las muestras de gusto por la notoriedad que a lo largo de la entrevista ha dado, y con la opinión que compañeros y conocidos han dado de él en distintos medios.
            Vemos por tanto que posibles verdades y posibles mentiras se mezclan en este caso y que, desde un análisis de comportamiento no verbal, no podemos llegar a responder con certeza a las preguntas que el ciudadano de a pié se sigue formulando: ¿ha sido este sujeto un colaborador de alguna de las instancias que cita?, ¿a qué nivel?, ¿quién está detrás de este personaje?, ¿quién costeó sus hazañas?, ¿de dónde obtuvo el dinero?, ¿alguien lo manipuló, por ejemplo, haciéndose pasar por agente del CNI?
            Respecto a la pregunta de la veracidad de sus declaraciones, que cada saque sus propias conclusiones.

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