miércoles, 7 de agosto de 2013

El caso Paulette

El 22 de marzo de 2010, en México, los padres de una niña de 4 años llamada Paulette denuncian su desaparición tras haberla acostado en su nueva cama la noche anterior. La niña había “desaparecido” y las cámaras de vigilancia de la vivienda no habían registrado ninguna entrada o salida (aunque en realidad no habían grabado nada). Se trataba de una familia adinerada con dos niñeras dedicadas al cuidado de sus dos hijos. La niña en cuestión, padecía de cierto retraso y tenía prácticamente inmovilizado uno de los lados de su cuerpo. Cuatro días después de su desaparición, el juez autorizó a poder arreglar el cuarto de la niña y las dos hermanas sirvientas no encontraron nada sospechoso. Tampoco detectaron nada los perros que estuvieron olfateando las sábanas donde durmió la niña.



Nueve días después de su desaparición, la niña fue encontrada muerta “acoplada” por dentro de la ropa de la cama, en el espacio que existía entre el colchón y el pie de la cama. Los peritos informaron que había fallecido por asfixia y que probablemente habría rodado durante la noche buscando la salida de la cama para levantarse. Un mes después los resultados de la autopsia del cadáver determinan la presencia de alcohol y paracetamol en la sangre de la niña.



El análisis de la entrevista que mantienen los padres ante el canal de televisión pone de manifiesto lo siguiente:
-        Ante determinadas preguntas en el padre aparecen microexpresiones de engaño o de ocultar información.


-          Patrones de conducta que reflejan molestia, lejanía ante la pequeña y hasta asco.


-          La madre es más expresiva que el padre y controla mejor sus emociones


-          El padre tiene dificultades para falsear ciertos sentimientos.


El padre en concreto muestra microexpresiones de asco (min 2:25) y asco+enojo (2:27) cuando pronuncia la frase “por eso no estoy desesperado de… pensar como lo hicieron” (dando a entender que no le preocupa demasiado o que no está desesperado porque aparezca). Su expresión es de asco (expresión mostrada) y no de disgusto (expresión esperada) como debería corresponder normalmente.


Si tenemos en cuenta el análisis de contenido se detecta que emplea con cierta frecuencia “sentencias en negativo” y palabras que implican “generalización” (ej nada). Ello se aprecia cuando pronuncia frases como “no hay ni desaparición ni secuestro, hay planeación”. Con esta frase además intenta convencer al periodista incrementando la información para comunicar lo que pasó e introduciendo detalles innecesarios o incongruentes. Así entra en incongruencias al decir “… lo que sale en la tele… parecen fantasías, que son reales, eso no no no nos atropelló; a nosotros nos atropelló algo que puede ser más lógico, puede ser muy sencillo, porque no no no , te digo, no hay nada ni científico ni probado que aquí haya pasado… este… eh….. un suceso”. Esta frase también tiene contenido altamente significativo, no solo por la sentencia en negativo y la generalización sino porque además aparecen titubeos y evita emplear otras palabras como “secuestro”, “asesinato”, etc. (emplea un lenguaje menos directo y más distante). También mediante esta explicación, un tanto confusa, se dejan ver atisbos de conocer dónde está el cuerpo de la niña (¿algo que puede ser más lógico y sencillo es la aparición del cadáver en el hueco de la cama?). También llama la atención la rotundidad con que afirma que “no hay nada, ni científico ni probado, de que haya pasado …”  sin saber cómo acabar la frase (¿intenta exculparse o permanecer fuera de sospecha?).


La madre tiene momentos en que evita la mirada del entrevistador, buscando distanciamiento con el entrevistador. También vemos su mirada perdida hacia la habitación buscando información relativa al caso. También denota signos de molestia o hartazgo cuando habla de su hija (sobre todo a través de la voz/proxodia emocional), microexpresiones de disgusto (no de asco) y desaprobación cuando pronuncia la palabra “esposo”. En otra ocasión su mirada claramente es dirigida hacia abajo (movimiento kinestésico que estaría relacionado con los sentimientos y emociones y que podrían ser indicador de cierto conflicto emocional).


Respecto al análisis de contenido de sus declaraciones destaca el distanciamiento que manifiesta respecto al suceso o a la hija, cuando en una frase final pronuncia “nos vamos a unir y vamos a encontrar a esa niña…”


Otro detalle, muy común con otros casos, es que para tratar de encubrir todo el proceso relativo al engaño, acudieron de manera entusiasta a los medios de TV para que fuera más creíble su historia.


Edición del vídeo y análisis por José Manuel Petisco (mayo 2012) 

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